Las cosas no son fáciles para las mujeres, que debemos repartir nuestros esfuerzos entre la conquista del mundo profesional y seguir manteniendo nuestra entidad femenina dentro de la familia. Cuando, además, aparece un bebé con necesidades básicas impostergables, demandando amor, comprensión, leche, cuerpo, y sostén, sentimos que la voracidad del bebé es exagerada. Ante esto solemos recurrir a la solución más fácil dejando al niño en manos de otros.

Este libro propone recorrer nuestras historias personales para darnos cuenta de que la imposibilidad de rendirnos a las necesidades del bebé tiene una razón de ser, ya que nosotras mismas provenimos de historias de carencias afectivas.