El 17 de julio del 36, a eso de las cinco en sombra de la tarde, entró don Indalecio Prieto en la cafetería de las Cortes y comunicó a los periodistas allí reunidos que la guarnición de Melilla se había sublevado.
El padre del autor, que dirigía la agencia Febus, filial del El Sol y La Voz, cogió un coche, dejó a su esposa, embarazada, en el piso donde el autor nacería dos meses más tarde y se fue hacia el sur en busca de información. No regresó nunca.
Este libro reconstruye la triple y conmovedora odisea vivida por su padre. Sólo en las últimas páginas de esta novela se recurre a la ficción. Nunca, desde la legendaria Gárgoris y Habidis, había acometido Sánchez Dragó una empresa de tanto alcance y envergadura.